Recuperación tras cirugía meniscal
¿En qué consiste esta intervención?
La cirugía artroscópica es una técnica quirúrgica invasiva que se inició por los años 70 como método de diagnostico en algunas lesiones articulares y que en la actualidad, tras un continuo avance, se utiliza no sólo para confirmar o completar el diagnostico de alguna patología, sino que es el tratamiento de elección en la mayoría de lesiones articulares de rodilla.
Para la realización de una artroscopia se realizan pequeñas incisiones (3-5 mm.), llamados portales, que permiten introducir una lente conectada a una pantalla para la correcta visualización de la articulación; por los otros portales se introducirá el instrumental necesario para poder llevar a cabo la reparación de la lesión.
Las ventajas más importantes de la cirugía artroscópica son:
1- Posibilidad de realizarse bajo anestesia loco regional, lo que disminuye la necesidad de analgesia en el postoperatorio inmediato.
2- Menor dolor postoperatorio al ser técnicas menos agresivas que la cirugía convencional.
3- Menor riesgo de infección (<0,02%), al ser pequeños los abordajes y evitarse la manipulación de otras estructuras periarticulares.
4- Menor tiempo de ingreso hospitalario e incluso con la posibilidad de realizarse en régimen ambulatorio.
5- Menor necesidad de curas, vendajes e inmovilizaciones que con la cirugía convencional.
6- Mayor rapidez en la recuperación de la función de la articulación al realizarse pequeñas incisiones que minimizan la agresión de los tejidos y permiten generalmente el apoyo y movilización precoz.
7- Mayor rapidez en la reincorporación socio-laboral.
¿En qué casos está indicada?
La rodilla fue la primera articulación que utilizó la artroscopia como método de diagnóstico para valorar lesiones articulares que de otra forma no eran accesibles; posteriormente se mejoró la técnica y el instrumental para avanzar no sólo como técnica de diagnóstico si no lo que es más importante como método de tratamiento en el mismo acto quirúrgico.
En este momento podemos realizar tratamiento las lesiones meniscales, ligamentos cruzados, sinovitis, extraer cuerpos libres, patología de la rótula y lesiones de cartílago, además de la revisión completa de la articulación en el caso de dolores de rodilla que no podemos diagnosticar mediante la exploración clínica ni estudios complementarios como la resonancia magnética o el TAC.
¿Cómo es el proceso de recuperación?
En principio hay que considerar al menos dos situaciones claramente diferenciadas:1- Cirugía artroscópica simple: meniscos, plicas, cuerpos libres…En estos casos la recuperación es rápida: se puede hacer de forma ambulatoria y el paciente saldrá caminando con ayuda de bastones en carga parcial durante 1-2 semanas, luego puede iniciar tratamiento de rehabilitación encaminado a recuperar la movilidad, el tono muscular y la fuerza.Una excepción es la sutura meniscal, que precisará de una descarga inicial de 2-3 semanas, lo que alargará el proceso de recuperación.Este proceso puede tardar entre 4-6 semanas para una recuperación completa.
2- Cirugía artroscópica de lesiones complejas: ligamentos cruzados, lesiones de cartílago. luxaciones de rotula..En estos casos la recuperación es más lenta, ya que en las fases iniciales puede ser necesario mantener una inmovilización y descarga de la pierna. Posteriormente se inicia el tratamiento rehabilitador de forma progresiva, pudiendo alargarse el tiempo de recuperación hasta los 4-6 meses.