Artroscopia de
Rodilla
Para la realización de una artroscopia se realizan pequeñas incisiones (3-5 mm.), llamados portales, que permiten introducir una lente conectada a una pantalla para la correcta visualización de la articulación; por los otros portales se introducirá el instrumental necesario para poder llevar a cabo la reparación de la lesión.
Las ventajas más importantes de la cirugía artroscópica son:
- Disminuye la necesidad de analgesia en el postoperatorio inmediato.
- Menor dolor postoperatorio al ser técnicas menos agresivas que la cirugía convencional.
- Menor riesgo de infección (<0,02%), al ser pequeños los abordajes y evitarse la manipulación de otras estructuras periarticulares.
- Menor tiempo de ingreso hospitalario e incluso con la posibilidad de realizarse en régimen ambulatorio en determinadas patologías.
- Menor necesidad de curas, vendajes e inmovilizaciones que con la cirugía convencional.
- Mayor rapidez en la recuperación de la función de la articulación
- Mayor rapidez en la reincorporación socio-laboral.
La rodilla fue la primera articulación que utilizó la artroscopia como método de diagnóstico para valorar lesiones articulares que de otra forma no eran accesibles; posteriormente se mejoró la técnica y el instrumental convirtiéndose en el método de tratamiento de las lesiones meniscales, ligamentos cruzados, sinovitis, extraer cuerpos libres, patología de la rótula y lesiones de cartílago.